El OnePlus 15 llegó al mercado con expectativas altísimas. Entre campañas agresivas, promesas de potencia extrema y el debut del procesador Snapdragon 8 Elite Gen 5, OnePlus lo presentó como su teléfono más avanzado hasta la fecha.
Con un precio inicial de ₹72,999, una pantalla AMOLED de 6.78 pulgadas a 165 Hz y su renovado sistema Glacier Cooling, el dispositivo parecía preparado para competir de igual a igual con cualquier flagship del año.
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Pero las nuevas evaluaciones de rendimiento empiezan a pintar un panorama muy distinto. En pruebas extremas, el OnePlus 15 está mostrando un comportamiento térmico preocupante que cuestiona su estabilidad y, más aún, sus capacidades para sostener su potencia durante sesiones prolongadas.
Aunque OnePlus afirma que el uso cotidiano no presenta problemas, los números hablan por sí solos, y quienes exigen más de su teléfono pueden sentirse decepcionados.
Temperaturas demasiado altas para un teléfono de su categoría
Lo primero que salta a la vista es cómo el OnePlus 15 lidia con las cargas pesadas. En los tests de estrés de 3DMark, el teléfono no logró completar el ciclo completo: se detuvo aproximadamente a dos tercios del proceso por sobrecalentamiento. No es un dato menor. Cerrar apps por calor no debería ocurrir en un smartphone premium, y menos en uno que presume una cámara de vapor ampliada y un sistema térmico de nueva generación.
Durante estas pruebas, el OnePlus 15 alcanzó temperaturas superficiales de hasta 52.7°C, lo equivalente a unos 127°F. Más allá de la cifra en sí, esto significa que el dispositivo se siente incómodo, incluso doloroso, al sostenerlo por periodos largos. Para tareas exigentes como juegos en alta velocidad, emulación 3D o grabación de video en 8K a 60 FPS —una de las funciones destacadas del dispositivo—, el calor se convierte en una barrera real.
Lo preocupante es que el teléfono parece carecer de un sistema de regulación agresiva para reducir el calor mediante ajustes del procesador, algo que otros fabricantes sí aplican para evitar picos extremos. En vez de moderar su velocidad para una sesión más estable, el OnePlus 15 empuja su potencia hasta rozar los límites térmicos.
Un procesador tan rápido como caliente: el Snapdragon 8 Elite Gen 5
Entender el problema requiere mirar al chip que da vida al OnePlus 15. El Snapdragon 8 Elite Gen 5 es, sin exagerar, uno de los procesadores más potentes —y más calientes— fabricados para móviles. Construido en 3 nm y con núcleos Oryon que llegan a 4.32 GHz, su rendimiento es impresionante, pero también demanda una gestión térmica que pocos teléfonos están preparados para ofrecer.
Este chip puede operar de forma estable cerca o incluso por encima de los 50°C, algo que resulta tolerable en un banco de pruebas, pero no en la mano del usuario. Algunos dispositivos alcanzan 55°C o más cuando se utilizan en tareas gráficas intensas. En ese contexto, no es sorprendente que el OnePlus 15 muestre dificultades, pero sí es significativo que sea el modelo con peor comportamiento térmico entre los que montan este procesador.
Mientras los teléfonos gaming incluyen cámaras de vapor gigantes, dos o más capas de disipación y ventiladores internos, un diseño tradicional como el de OnePlus tiene espacio limitado y requiere un equilibrio más fino. Y ese equilibrio está fallando.
Cómo se comparan otros smartphones con el mismo chip
Lo que más llama la atención es el contraste entre dispositivos. Aunque todos usan el Snapdragon 8 Elite Gen 5, la brecha en el rendimiento sostenido es enorme.
RedMagic 11 Pro
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Usa refrigeración líquida + ventilador interno
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Mantiene 80% de estabilidad en estrés extremo
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Superficies alcanzan 56°C
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Es prácticamente una mini máquina gaming portátil
Nubia Z80 Ultra
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Se calienta mucho
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Baja su rendimiento más del 50% con throttling
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No logra sostener sesiones largas
Realme GT8 Pro
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Prioriza comodidad
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Mantiene temperaturas más bajas (44.1°C)
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Su rendimiento cae drásticamente hasta 28%–38%
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Es estable, pero lento bajo presión
Viendo estos ejemplos, queda claro que la familia Snapdragon 8 Elite Gen 5 exige decisiones difíciles: o se prioriza potencia bruta, o comodidad térmica. Y ningún fabricante ha logrado aún el equilibrio perfecto.
En ese espectro, el OnePlus 15 parece quedarse en el peor punto posible: temperaturas altas, recortes abruptos por seguridad y rendimiento inconsistente bajo presión.
Qué significa esto para el uso real del OnePlus 15
Aunque los tests de estrés son más intensos que el uso típico, sirven para mostrar límites. Y esos límites afectan a usuarios específicos:
Usuarios que pueden sentir los problemas:
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Gamers que juegan por más de 30 minutos
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Usuarios que utilizan emuladores 3D
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Personas que editan video o fotos pesadas
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Quienes aprovechan la grabación 8K del OnePlus 15
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Usuarios que juegan en 165 Hz
Para estos perfiles, es probable que el calor deteriore la experiencia y que se enfrenten a caídas de rendimiento o incluso cierres forzados.
Usuarios que probablemente no noten nada:
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Navegación web
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Redes sociales
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Fotos casuales
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Video llamadas
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Apps livianas
El OnePlus 15 sigue siendo rápido en tareas cortas, donde el procesador no tiene tiempo de calentarse demasiado.
Pero el punto crítico es este:
a precio de flagship, se espera rendimiento de flagship, incluso sostenido.
Y ahí está el problema.
Un sector enfrentando su propio límite tecnológico
Lo que está ocurriendo con el OnePlus 15 es una señal de una tendencia más grande. Los procesadores móviles han aumentado su potencia a una velocidad que los sistemas de disipación no pueden seguir. La industria parece haber llegado a un punto en el que sumar más potencia ya no es suficiente: ahora se necesita ingeniería térmica más sofisticada.
Incluso Apple, obsesionada con el diseño delgado, ha decidido incluir cámaras de vapor en el iPhone 17 Pro. Eso lo dice todo.
Si la industria quiere seguir empujando límites, deberá priorizar:
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Teléfonos ligeramente más gruesos
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Componentes térmicos más grandes
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Nuevos materiales
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IA para gestionar automáticamente el calor
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Mejor ventilación interna
La carrera de los nanómetros se está convirtiendo en una carrera de grados Celsius.
Conclusión: un flagship potente, pero limitado bajo presión
El OnePlus 15 es un dispositivo impresionante en papel, pero estas nuevas pruebas exponen un punto débil que no se puede pasar por alto. Su diseño combina potencia máxima con uno de los mejores paneles del mercado, pero su capacidad para mantener esa potencia está comprometida por un rendimiento térmico inferior al esperado.
Para usuarios casuales, seguirá siendo un teléfono rápido, fluido y con una gran pantalla. Pero para quienes realmente exprimen un smartphone, el calor puede volverse un obstáculo diario.
En un año como 2025, marcado por chips extremadamente potentes, la lección es clara:
los verdaderos ganadores no serán los teléfonos con más GHz, sino los que mantengan la potencia sin convertirse en una estufa portátil.
Y hoy, el OnePlus 15 todavía no está en esa categoría.
